jueves, 31 de mayo de 2007

El día que Santiago amaneció sin gas

"Habrá que pasarse un pañito con colonia no más", dice la señora Ana Ferrada, paciente del pabellón de operados del Hospital Sótero del Río. Las mujeres, unas 10 en total, se ríen. "¿Qué otra cosa podemos hacer? A los pobres siempre nos dejan al último", sentencia Liliana Ríos, obteniendo la aprobación de sus compañeras.

Más allá de las bromas, la situación, la falta de gas, genera no solo un problema político entre Argentina y Chile. No es en los salones de la moneda donde se discute y donde es el problema, o donde se sufrirán las consecuencias. Donde el ministro Marcelo Tokman asegura que todo pasará y Ricardo Lagos pregona que debemos cuidar el medio ambiente, que la alerta ambiental no es ningún chiste, que hay que tener cuidado con la leña.

En el país trasandino la historia no es distinta. La onda polar lejos de congelar los ánimos los enciende. Al respecto, Luis Maira, embajador de Chile, declaró: "el ambiente está tenso, por un lado esta la solidaridad entre países, pero los argentinos quieren el gas para ellos. Lo que más he escuchado de la gente es 'qué pena por ustedes, pero acá también hace frío, ¿viste?' Hay que ser paciente y no alarmarse".

En el hospital, las señoras no pasaran frío, a pesar de que tengan que "pasarse un pañito con colonia". Todos los hospitales públicos cuentan con sistemas de gas y de petróleo. Sin embargo, "es indignante que tengamos esta dependencia, el Gobierno debe hacer algo para no convertirnos en lacayos de Argentina", declaró violentamente el ex presidenciable de la Alianza, Pablo Longueria.

Mientras las señoras del hospital se congelaban psicológicamente, en la capital la ola de frío golpeó fuerte al igual que la falta de gas. El descontento por parte de la población se prende, igual que las chimeneas, frazadas eléctricas y las fieles estufas a parafina. Mientras, Ricardo Lagos Weber, el ministro Tokman y el Gobierno llaman a la calma.

jueves, 10 de mayo de 2007

Vacaciones Top – less

En el exclusivo barrio de Byscaine Point Circle, en Miami, Luciano Marocchino, playboy italiano, descansa. Pero no está solo. Alguien lo vigila. Ángel Mora, paparazzi chileno, ronda atentamente a la dueña de casa: Cecilia Bolocco.

El fotógrafo sabe de su presa. Fue él quien obtuvo las primeras fotos de Bolocco con su actual marido Carlos Menem. Y ahora siguió a la conductora de Fama en sus vacaciones en Estados Unidos. Luego de tres días de vigilancia, la mañana del domingo 6 de mayo, Mora obtuvo su recompensa.

Marocchino estaba tomando sol, solo. Al rato salió la ex reina de belleza a acompañarlo para luego hacer el topless que fue ampliamente fotografiado y difundido hoy por Sálvese Quien Pueda (S.Q.P), y comentado en varios programas de televisión.

La chilena y el italiano, de 42 y 53 años respectivamente, se conocieron en un evento social en noviembre del 2006, en Chile. Marocchino está encargado de la elección de representantes nacionales para el certamen de Miss Universo. Es por esto que Bolocco ha declarado que él es solo un “compañero de trabajo”.

A pesar de esto, los rumores de una posible relación abundan, y esto es por el supuesto deterioro que sufre el matrimonio Menem – Bolocco. Pues están viviendo separados desde el 2005, con ella viviendo en Chile con el hijo de ambos, Máximo (de tres años), y él en Argentina.

Sin embargo, la animadora de Intercambiando Esposas se mostró preocupada por el efecto que las fotos puedan tener en su marido. “Me da miedo que Carlitos sufra un infarto”, declaró a la periodista y editora de S.Q.P Alejandra Valle. Con patatús o no, con ropa o sin ropa, el ex – mandatario argentino no se separará de su mujer “ni loco”.