En verdad que prefiero a Cerati solo… pero eso no lo diría en voz alta por estos días. Ni menos decir que preferí a Incubus que a Soda Stereo. Bueno, lo digo ahora. Pero no me pueden matar vía Internet… ¿o no? Bueno, si me gustaban los dulces con soda y el helado de Savory que se llama Stereo… pero todo en onda revival. ¿Se fijan? Pero hay algo en el recuerdo que es insuperable. Los dulces nunca sabrán igual. El helado se derretirá. Si obvio que no se reunieron por plata. Entre los dulces y el helado hacías como 200 pesos a lo más.
Pero, ¿consumir un Soda Stereo? Auch. Eso si es otra cosa. "Es que te morís lo cara que me salió la entrada". O algo así. No fui por escasez de fondos. Como tampoco fui al Fenix Festival. Esto de ser de clase media. Ni pobre me puedo declarar. Pero bueno, el asunto es soda. De esa que te hacía cositas en la lengua, o esa que te hace cositas en el estomago porque no puedes pagar tanta plata. El Old Fashioned se viene con todo, pero todo. The Police dentro de poco y por una módica cantidad que supere los 7 ceros podrás ver a los Beatles en el Arena Santiago.
Antes, se me retorcía el corazoncito por este pobre pedazo de tierra dejado de Dios, donde las bandas no llegaban a menos de que estuvieran: a) al borde de la muerte o b) en un comeback más bien tropicaloide como estelares del Festival de Viña del Mar. Ahora, ahora no sé. Se me sigue retorciendo la guatita. Pero esta vez por la plata. ¡Por amor a Elvis! ¡Y ni se dan la paja de aprender a decir “houla chili”. Ya bueno, peco de insatisfecha. Prefiero cancha a galería y he llegado a pagar hasta $30.000 (que demoré exactamente un año en pagar) para el concierto de los Strokes. Pero me siento estafada. Los viejitos saben por viejos no por diablos. Se arman una banda, se disuelven y después se hacen millonarios. Y una pasando pellejerías por una entrada miserable.
jueves, 8 de noviembre de 2007
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