Los temas pendientes
La visita del cardenal al país le dio una nueva vuelta de tuerca a dos temas clave en la agenda pública: los derechos humanos y el sueldo ético.
Con los nuevos vestigios humanos encontrados en Paine, que corresponderían a detenidos desaparecidos de la dictadura de Augusto Pinochet, los derechos humanos vuelven a aparecer en los noticiarios y Monseñor Angelo Sodano, Nuncio Apostólico de Chile en la dictadura, viene a conmemorar los 20 años de la visita del Papa Juan Pablo II y celebra una misa en conmemoración de los 100 años del natalicio del Cardenal Raúl Silva Henriquez, hombre clave de la época en la defensa de los perseguidos políticos.
Sodano niega que haya tenido una mala relación con el fallecido cardenal, pero no se desconoce los roces que tuvieron debido a la política que adoptó Silva Henriquez de proteger a los perseguidos con todos los medios a su disposición. Tampoco se ha olvidado la imagen de Juan Pablo II en el balcón de La Moneda junto a Pinochet. Un antagonismo claro. Sodano no habla al respecto porque nadie le pregunta. Sin embargo, el tema queda en el aire. Sergio Bitar, presidente del PPD, declaró que “para muchos de nosotros la gran fuerza moral del cardenal fue en materia de derechos humanos y justicia social y muchos de los que caminan hoy día vivos por Chile es gracias a él (...) esperaba hoy en las palabras del cardenal Sodano una frase sobre los derechos humanos, no vi ninguna”. Mientras, los familiares de los detenidos de Paine plantan cruces, prenden velas y ponen flores a sus posibles familiares.
En la otra tarea pendiente, el salario ético, Monseñor Sodano compara a nuestro país con el viejo continente. “Esto me ha gustado. Nosotros en Europa habíamos hablado de salario justo”. Agregó que “ahí no existen dogmas. Existe el principio y la obligación dejada con un sano criterio a los hombres de buena voluntad de cada país”.
En la Unión Europea, el salario varía desde los 92 euros de Bulgaria hasta los 1.570 euros de Luxemburgo. Unos $64.400 a $1.099.000. las diferencias hablan por si solas. En Chile hay gente que recibe $70.000 de sueldo, pero jamás un sueldo mínimo llegaría al millón de pesos. Tal vez habría que cambiar el término “ético” por el que menciona el Cardenal Sodano: un sueldo justo. Los empresarios pueden aducir que ambas denominaciones son muy subjetivas para fijarlas en una cantidad determinada, pero si la intención de ellos, y de Chile, es entrar al mundo desarrollado, quizás las palabras de Sodano los hagan reflexionar acerca de los pasos a seguir, de las medidas que les convienen para posicionarse en el mundo. Habrá que apelar a los empresarios que tengan “principios”, “buena voluntad” y “criterio sano” para hacer que el tema deje de ser un pendiente.